La vuelta al trabajo tras las vacaciones suele estar acompañada de cansancio, falta de motivación e incluso cierta tristeza. Estos síntomas son lo que comúnmente se conoce como síndrome postvacacional y afectan a un buen número de personas cada septiembre. Aunque suele durar pocos días, puede hacer que la reincorporación sea cuesta arriba.
¿Qué es el síndrome postvacacional?
Se trata de un conjunto de sensaciones que incluyen fatiga, problemas de concentración, cambios de humor y apatía. Ocurre cuando el cuerpo y la mente pasan de un periodo de descanso prolongado a la rutina laboral de manera brusca.
El papel del deporte
El ejercicio físico es una de las herramientas más eficaces para suavizar esta transición. Practicar deporte:
- Activa la liberación de endorfinas, sustancias que generan sensación de bienestar.
- Mejora la calidad del sueño, ayudando a descansar mejor y levantarse con más energía.
- Aumenta la concentración y la memoria, lo que facilita adaptarse a las exigencias laborales.
- Reduce el estrés y favorece un estado de ánimo más equilibrado.
Cómo empezar
No es necesario apuntarse al gimnasio de inmediato. Bastan pequeños cambios como caminar a diario, subir escaleras, practicar estiramientos o realizar una actividad al aire libre tres veces por semana. Lo importante es ser constante y elegir un ejercicio que resulte motivador.
El deporte no solo mejora la salud física, también es un aliado fundamental para recuperar el equilibrio mental tras las vacaciones. Convertirlo en parte de la rutina es la mejor estrategia para que el regreso al trabajo sea más llevadero y productivo.