En la vida cotidiana es normal sentir presión por las responsabilidades, pero no siempre sabemos si lo que sentimos es estrés o ansiedad. Identificar la diferencia es clave para cuidar nuestra salud mental.
Estrés y ansiedad: no son lo mismo
El estrés es una respuesta del organismo ante una demanda concreta, como un examen, una reunión importante o un plazo de entrega. Se trata de una reacción adaptativa que nos ayuda a responder a los desafíos. Sin embargo, cuando se prolonga en el tiempo, puede afectar negativamente nuestra salud física y emocional.
La ansiedad, en cambio, puede aparecer incluso sin un desencadenante claro y se mantiene en el tiempo. No es solo una reacción ante un evento puntual, sino un estado de preocupación persistente que interfiere en la vida diaria.
Síntomas habituales
- Estrés: tensión muscular, irritabilidad, insomnio puntual, dolores de cabeza.
- Ansiedad: palpitaciones, sensación de ahogo, preocupación constante, ataques de pánico.
Señales de alerta para pedir ayuda profesional
- Cuando los síntomas persisten más de varias semanas.
- Si interfieren con el trabajo, las relaciones o el descanso.
Consejos prácticos para manejar estrés y ansiedad
- Practicar técnicas de respiración y mindfulness.
- Dormir entre 7 y 8 horas diarias.
- Limitar cafeína y alcohol.
- Hacer actividad física regular.
- Buscar apoyo psicológico cuando sea necesario.