Rebeca Artieda, pamplonesa de 33 años, ganadora del ‘chequeo deportivo’ que sorteamos con motivo del Día Internacional del Deporte y del Día Mundial de la Salud, acudía el pasado lunes 9 de mayo a Clínica San Miguel para “canjear» su premio.
P- Mujer deportista, maratoniana… ¿Cómo se definiría?
R- Me defino como una persona deportista. Trabajo en un gimnasio y practico muchos deportes diferentes.
P- ¿A qué edad comenzó a practicar deporte? ¿Y a competir?
R- La verdad es que he practicado deporte toda mi vida. Y competir, no sabría decirlo, pero siendo una adolescente, antes de los 17 ó 18 años.
P- ¿Qué deportes ha practicado a lo largo de su trayectoria deportiva?
R- A lo largo de mi vida he practicado variedad de deportes. He jugado a balonmano, boxeo, kick boxing, full contact… hasta que me enganché a la carrera.
P- ¿Cómo fue ese paso a la carrera?
R- El boxeo y el kick boxing son deportes que abarcan todo: fuerza, agilidad, flexibilidad…, y para poder competir, evidentemente correr es un factor muy importante porque necesitas fondo. Este motivo me llevó a correr más en serio. Después, cuando tuve a mis dos hijas, por motivos personales, decidí dejar el boxeo y empezar a correr como deporte prioritario. Mi marido también es corredor, así que colaboró a que me enganchara.
P- ¿Qué supone el deporte en su vida?
R- Para mí es mi vida. Mi familia y el deporte, son pilares fundamentales.
P- Cada vez que vemos una carrera, sobre todo maratones y carreras de larga distancia, la mayoría de los participantes son hombres. ¿Qué opina al respecto?
R- Es un tema delicado. Creo que somos diferentes. Cuando se realiza una prueba de esfuerzo siempre se separa en sexo femenino y masculino. Por tanto, no te puedes medir, sería ilógico. Respecto al número de participantes, hay más mujeres deportistas de lo que se cree y ve, pero son menos noticiables. Ocurre en todos los deportes, lo que más se ve es el deporte masculino. Obviamente hay muchas mujeres que practican esos deportes, pero siempre vende más el masculino.
P- Como nos ha comentado anteriormente, su marido ha sido la pieza clave para empezar a correr y se ha convertido también en su compañero de deporte, ¿cómo lleva ser pareja en casa y ser pareja deportiva?
R- No nos cansamos. Somos muy distintos, pero él es igual que yo en cuanto a la pasión por el deporte.
P- ¿Él también participa en competiciones contigo?
R- Él viene conmigo para apoyarme. Está todo el tiempo pendiente de mí.
P- Como deportista profesional, en el día a día, ¿tiene que seguir algún tipo de dieta o hábito alimenticio en particular?
R- Visito a un nutricionista que me hace un seguimiento. Pero dieta como tal no hago. Lo que hago es aprender a comer bien, pero de todo. Además, tengo dos niñas y no puedo hacer cuarenta comidas diferentes cada día.
En general llevo una vida saludable. No fui, ni soy una persona a la que le guste salir por la noche ni beber alcohol.
P- ¿Alguna vez ha sufrido algún accidente o incidente grave practicando deporte?
R- Entrenando en el monte San Cristóbal sufrí una caída y me hice una herida profunda, de unos cuatro centímetros en el costado, y tuve un derrame en la pared abdominal. Y lo único que me supupuso fue tener más ganas de continuar, porque el único miedo que tenía era no poder volver a tiempo. Quería correr cuanto antes. Además, me hizo perder el miedo a las bajadas.
P- Hoy ha estado en la Clínica San Miguel haciéndose el chequeo deportivo. ¿Qué importancia le da a este tipo de chequeos?
R- Mucha. Creo que toda la gente que participa en competiciones debería hacérselo.
P- ¿Cree que las federaciones deberían hacerlas obligatorias para poder participar?
R- Sí. Tanto las federaciones como los propios organizadores de carreras deberían pedir por lo menos un chequeo anual. Se evitarían muchos disgustos. Hay cosas que son inevitables, pero se podrían evitar muchas otras.
P-¿Qué pruebas le han realizado en este chequeo en la Clínica San Miguel?
R- En primer lugar, me han realizado un electrocardiograma. Sirve para estudiar la actividad eléctrica del corazón en reposo y descartar alteraciones. En segundo lugar, un ecocardiograma transtorácico, que valora la anatomía y la función del corazón. Y, por último, una ergoespirometría, que es una prueba de esfuerzo con consumo de oxígeno («gases”).
P- ¿Y está todo en orden?
R- Sí, ha ido bien. Tengo el corazón muy sano.
P- ¿Cuáles son los mayores logros deportivos que ha conseguido hasta ahora?
R- Cuando empecé, la primera San Cristóbal Extreme fue la primera media maratón que gané. Pero para mí el logro más importante fue acabar en un tiempo bueno la maratón internacional que hizo Adidas en Logroño en septiembre del año pasado. Fue todo un logro, porque además era por una buena causa, el autismo. Corrimos mi marido, mi jefe (que es mi amigo) y yo.
P- ¿Algún reto u objetivo para los próximos meses?
R- Este año he estado probando carreras, medias distancias, pero me gustaría dar el paso a participar en carreras de larga distancia en montaña. Se lo he comentado a la cardióloga que me ha realizado el chequeo, y me ha dicho que estoy más que preparada.
P- ¿Tiene alguna carrera en mente?
R- Tengo unas cuantas. La más cercana es la Camille Extreme, pero tengo alguna más en mente de cara al año que viene que no quiero desvelar por el momento porque están sin concretar. Mi objetivo es meterme y disfrutar las largas distancias.
La Doctora Uxua Idiazábal, médico del Servicio de Cardiología de la Clínica San Miguel, recalca la importancia de los chequeos y reconocimientos deportivos “la principal utilidad del reconocimiento cardiológico deportivo es la valoración del estado de salud del deportista.
Nuestro principal objetivo es detectar o descartar posibles patologías cardiacas, muchas veces desconocida por el propio deportista, que puede limitar su capacidad física e incluso llegar a poner en peligro su vida cuando entrena o compite a intensidades elevadas.
Si el estudio es normal se establece aptitud deportiva desde el punto de vista cardiocirculatorio”, apunta la Dra. Idiazabal. También nos habla de aspectos relacionados con el rendimiento deportivo. “Es importante estudiar el grado de adaptación cardiovascular al ejercicio que realiza y ayudar con la planificación del entrenamiento (se establecen “zonas de entrenamiento” delimitadas por el umbral aeróbico, el umbral anaeróbico y el consumo máximo de oxígeno)”, explica.