El octubre y el otoño vienen de la mano, como cada año, del cambio horario. El próximo domingo 30 de octubre, empezará el horario de invierno y retrasaremos nuestros relojes una hora, es decir, a las 03:00 a.m serán las 02:00 a.m.
Está de sobra demostrado que el cambio horario provoca un ligero desajuste de nuestros ritmos internos, también conocidos como los ritmos circadianos, provocando unas consecuencias similares a las que nos produciría un jet-lag pero de menor intensidad. En otras palabras, en las jornadas siguientes a la modificación horaria podremos experimentar: cansancio, dificultad para la concentración e irritabilidad principalmente, pero también se puede llegar a sufrir dificultad en la conciliación del sueño y despertar precoz, alteraciones en el apetito y somnolencia diurna. Estos síntomas aparecen con mayor frecuencia e intensidad en los niños y en los ancianos. No obstante, no hay que alarmarse, y salvo que alguien tenga de base un problema de sueño, no debe cundir el pánico, ya que, entre 2 y 5 días, la mayoría de las personas nos habremos adaptado al nuevo horario.
El cambio de hora
En cualquier caso, si quieres minimizar los efectos del cambio horario sobre tu salud y asegurarte una transición tranquila al nuevo horario de invierno, puedes poner en práctica estos consejos sencillos:
- La clave es la anticipación. Intenta los días previos al cambio horario, acostarte 15 minutos antes y levantarte 15 minutos antes. Posteriormente, intenta
nuevamente adelantar otros 15 minutos la hora de acostar y la de levantar. Así el cambio, no será tan brusco. - De la mano de adelantar la hora de acostar, debemos adelantar también las horas de nuestras comidas. El objetivo es llegar a la cama satisfechos, con la digestión terminada o prácticamente terminada, no con hambre ni con la digestión a medias. Evitando el consumo de bebidas alcohólicas y cenas copiosas ricas en grasas, que dificultan de por sí el descanso nocturno.
- Limitar el consumo de bebidas estimulantes, energéticas y/o con cafeína (café, té, refrescos, etc.) sobre todo en la segunda mitad del día.
- Realizar ejercicio físico, sobre todo en las primeras horas del día y a poder ser al aire libre, exponiéndonos bien a la luz solar.
- Reducir el uso de los dispositivos electrónicos (móviles, tabletas y ordenadores) por la noche, especialmente en las dos horas previas a acostarnos.
Si tienes dudas o dificultades para dormir habitualmente, no dudes en ponerte en contacto con nuestros especialistas de la Unidad del Sueño de Clínica San Miguel. Pide tu cita a través de la app o en el teléfono 948 296 111.