Desde el momento en que se le comunica a un paciente que tiene un cáncer y debe empezar un tratamiento, surgen muchas dudas (sobre la evolución de la enfermedad, tratamientos y sus efectos secundarios…). Una de las consultas más frecuentes es acerca de la calidad de vida que se va a tener con los tratamientos. De un tiempo a esta parte, este tema está cobrando mayor importancia en oncología. El paciente ha dejado de ser un receptor de quimioterapia: ahora se incide más en la necesidad de mantener una buena calidad de vida en el mayor grado posible a la hora de recibir un tratamiento.
Un aspecto muy importante en este sentido es la realización de ejercicio físico oncológico, entendido como el ejercicio físico durante el tratamiento con el fin de controlar los efectos derivados de dichos tratamientos, siempre controlado por un profesional.
Pacientes con cáncer
Los efectos del ejercicio en pacientes con cáncer son varios:
- Disminuye los efectos secundarios del tratamiento como la debilidad y el cansancio, la pérdida de masa muscular, problemas circulatorios e incluso el evitar una ganancia de peso.
- Mejora la calidad de vida tras el tratamiento al permitir un mejor estado físico.
- Aporta efectos positivos a nivel psicológico: ayuda a mejorar el estado anímico, disminuye la ansiedad y permite pensar en otras cosas, dejando descansar la mente.
- Incrementa la respuesta inmunológica del cuerpo frente al tumor.
- Y también se ha comprobado que disminuye la posibilidad de recurrencias y de segundos tumores por los efectos derivados del ejercicio (evita sobrepeso, evita sedentarismo).
En cuanto al ejercicio físico que hay que realizar, no existe una regla concreta, depende de varios factores. Pero sí es muy importante individualizar frente a cada paciente (por ejemplo, en función del tipo de tratamiento, de la edad, del estado físico basal, de otras enfermedades o de patologías cardiovasculares). Incluso en ocasiones, puede ser necesario el acudir a otros profesionales (como puede ser Cardiología, Rehabilitación). Por su condición, habrá personas que tengan que efectuar ejercicios más suaves (andar más o menos deprisa, natación, bicicleta estática), y otras que puedan realizar ejercicio más vigoroso. También hay que adecuar la intensidad a cada etapa del tratamiento (no es lo mismo el día del tratamiento que una semana después o tras varios ciclos de tratamiento), por ejemplo, en vez de realizar una hora de ejercicio, se puede hacer en 2 ó 3 tandas de 20 minutos manteniendo el mismo efecto. Siempre hay que valorar a cada persona y sus circunstancias.
Mejora la calidad de vida
Como conclusión, podemos decir que el efectuar ejercicio físico en pacientes con cáncer, mejora la calidad de vida durante los tratamientos, permite que la recuperación tras los tratamientos sea más rápida y mejora la supervivencia, ya que ayuda a evitar segundos cánceres y recaídas.
Dr. Vicente Navarro, Servicio de Oncología Médica de Clínica San Miguel