El suelo pélvico es el conjunto de estructuras musculares y ligamentosas que cierran la parte inferior del abdomen, y donde se encuentran una serie de vísceras importantes (recto, vejiga y el útero en el caso de las mujeres).
Del estado de esta musculatura depende en gran medida la calidad de vida de las mujeres. Su función más importante es la de sostén, de apoyo de los órganos del abdomen inferior.
Los principales síntomas del debilitamiento del suelo pélvico son el aumento de la frecuencia miccional, la incontinencia, la sensación de vaciado incompleto, dolor en la parte inferior de la espalda, prolapso o caída de los órganos pélvicos (vejiga, útero e intestinos) o disfunciones sexuales.
Además del embarazo, el sobrepeso, el estreñimiento y la práctica de deportes de impacto pueden dañar el suelo pélvico. Desde la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), advierten que tienen más riesgo de padecer el debilitamiento del suelo pélvico las mujeres que hayan tenido varios partos vaginales y bebés de gran tamaño; mujeres con cirugías vaginales previas, menopáusicas, fumadoras, diabéticas, obesas, con estreñimiento crónico y con factores genéticos que condicionan una mayor debilidad de los tejidos.
La incontinencia, la patología más frecuente
La incontinencia urinaria es el motivo más frecuente de consulta. Existen diferentes tratamientos rehabilitadores en función de la clínica, del tipo y de la patología específica que tiene cada paciente: reeducación de la musculatura del periné; tratamiento farmacológico; electroestimulación musculatura perineal; neuromodulación del nervio tibial posterior; rehabilitación intervencionista (infiltraciones ecoguiadas); técnicas de masoterapia manual, drenaje; gimnasia abdominal hipopresiva, ejercicios flexibilizantes, ejercicios propiocepción perineal.
En los casos leves de incontinencia el tratamiento rehabilitador específico consigue un éxito elevado, con disminución e incluso desaparición de la sintomatología en más del 90% de los casos de incontinencia de esfuerzo.
Es muy importante que ante cualquier síntoma se acuda a un especialista que evalúe el tono del suelo pélvico. Lo ideal sería actuar de forma preventiva. En el caso de las mujeres, de manera rutinaria en las revisiones o previo al embarazo, y en el caso de los hombres, previo a cirugía región pélvica.