En los últimos años han aumentado de forma muy importante las indicaciones de la medicación anticoagulante Sintrom. El objetivo de este tratamiento es la prevención de las trombosis y de las embolias.
Un trombo es un coágulo dentro del sistema circulatorio. Se dice que se produce una embolia cuando un fragmento de ese coágulo se desprende y de forma brusca tapona alguna vena o arteria.
Los pacientes que se benefician del tratamiento anticoagulante son:
- Los que han tenido una trombosis o embolia y corren peligro de que se repita.
- Los que nunca tuvieron trombosis ni embolias pero padecen enfermedades o están en situaciones que son de alto riesgo para padecerlas.
Sintrom
Todo paciente en tratamiento anticoagulante deber recordar 3 cosas:
- Si bien la protección frente a los trombos y embolias no es total, si disminuye mucho el riesgo de padecerlas si se controla adecuadamente.
- El beneficio que la medicación proporciona es a consta de un pequeño riesgo hemorrágico, por lo que se deberá colaborar para disminuir ese riesgo.
De estas recomendaciones se deduce que, es imprescindible un correcto control analítico y manejo por parte de un especialista experimentado en dicho tratamiento.
Conscientes de la importancia de dichos controles, desde el Servicio de Hematología, se entrega en cada visita un calendario mensual con las pautas a seguir. - Deberá poner en conocimiento de todo servicio médico o personal sanitario que le atienda, que está tomando este tipo de medicación.
¿Cómo funciona el Sintrom?
En condiciones normales la sangre fluye por el sistema circulatorio sin coagularse. No obstante, tiene de forma natural la capacidad de coagularse en determinadas situaciones, por ejemplo cuando nos cortamos. La medicación anticoagulante actúa alargando el tiempo que la sangre tarde en coagularse interfiriendo con la acción que la vitamina K tiene en la coagulación, así dificulta el que se puedan formar trombos o embolias.
Para que la protección sea la adecuada, debemos conseguir un tiempo determinado, ya que si lo alargamos poco la protección será insuficiente y si lo alargamos demasiado, se estará bien protegido de los trombos pero con un riesgo excesivo de sangrar. La única forma de saber que la sangre tarda el tiempo adecuado en coagularse es realizar un análisis de laboratorio llamado INR.
La dosis que se administra es personal, individualizada a cada paciente, por lo que no tiene sentido compararse con la que toman otros individuos. Será en cada caso la más adecuada para conseguir un tiempo de coagulación idóneo y no tiene nada que ver la cantidad de anticoagulante que cada uno necesita con el hecho de estar más o menos enfermo. El control adecuado de la medicación puede verse interferido por diversas situaciones clínicas, enfermedades, hábitos dietéticos y medicaciones.
¿A qué hora debo tomar el anticoagulante?
Lo más importante es que se acostumbre a tomarlo más o menos todos los días a la misma hora, sin obsesionarse con la exactitud. Para evitar interferencias con la alimentación, es costumbre aconsejar su toma a media mañana o media tarde, pero es suficiente con que lo tome una hora antes de la comida del mediodía o de la cena.
¿Qué ocurre si me olvido?
Si se olvida de tomar una dosis a la hora habitual, pero se acuerda a lo largo del día, tómela en eses momento.
Si no se acuerda hasta el día siguiente, prescinda de la dosis que no tomó y tome la que corresponde al día en el que está. En ningún caso tome doble para compensar.
¿Qué debo hacer si me equivoco de dosis?
Si a lo largo del día se da cuenta de que ha tomado una dosis inferior a la que le correspondía puede corregirlo tomando la cantidad que le falta.
Si tomó una cantidad superior a la que le correspondía puede compensarlo al día siguiente disminuyendo la dosis en la misma medida del exceso que tomó.
Si le tocaba descansar y no lo hizo, descanse al día siguiente.
Si alteró el orden de la secuencia que venía tomando, corríjalo al día siguiente.
Si ha dejado de tomar una dosis o ha alterado la cantidad en los días previos al control, es posible que el resultado salga alterado y el hematólogo haga cambios en la medicación.
¿Puedo desayunar y tomar medicación antes del análisis?
Sí, tanto si la prueba analítica se hace en el dedo como en el brazo.
¿Puedo hacer otros análisis de control al mismo tiempo?
Sí, aunque en ese caso deberá estar en ayunas.
¿Con qué frecuencia se hace el control?
Es variable, los controles serán muy frecuentes al principio del tratamiento. Una vez estabilizada la pauta, como norma general cada 3-4 semanas. La duración del tratamiento depende de cuál sea la causa que lo motive y de las circunstancias de cada paciente.
¿Qué dieta debo seguir?
Debe comer de todo de forma variada y equilibrada. Los únicos alimentos “prohibidos” son los que se hayan restringido por otras causa como tensión alta, colesterol o diabetes.
Es importante ir rotando los alimentos evitando basar la dieta días consecutivos con alimentos ricos en vitamina K como col, brécol, repollo, espinacas y otros vegetales de hoja verde. Se desaconsejan algunos productos de herboristería o suplementos vitamínicos porque pueden interferir con la medicación. Igualmente si va a realizar un dieta de adelgazamiento o vegetariana, notifíquelo para reajustar la dosificación en caso de que sea necesario.
¿Puedo tomar alcohol?
Puede tomar vino o cerveza en cantidad moderada acompañando a las comidas.
¿Qué puedo hacer si tengo vómitos o diarrea?
Debemos tener en cuenta que la medicación se absorbe por vía digestiva. Si la vomita inmediatamente después de haberla tomado no le va a hacer efecto por lo que tendrá que repetir la toma. En caso de diarrea deberá hacer una dieta astringente y consulta a su médico de cabecera. Si la situación persiste más de dos días, además, notifíquelo al hematólogo para realizar un control de laboratorio.
¿Puedo vacunarme de la gripe o de otras enfermedades?
Sí, es posible ponerse vacunas o inyecciones subcutáneas (debajo de la piel). Las inyecciones intramusculares (nalgas) deben evitarse porque pueden dar lugar a hemorragias.
En caso de necesitar un tratamiento de estas características, será realizarse un control y luego comprimir en el punto de inyección unos 15 minutos.
¿Debo avisar de intervenciones o pruebas pendientes?
Sí, en todas aquellas que le vayan a pinchar o cortar ya sea para biopsias, tratamientos, endoscopias, extracciones dentales, etc.. No es preciso avisar para pruebas no cruentas como radiografías, ecografías, TAC (aunque precise contraste), RM, mamografías, limpieza bucal y empastes.
Comunique este tratamiento al menos una semana antes del procedimiento invasivo. Es conveniente que lleve algún indicativo que acredite que usted toma anticoagulantes (el mismo calendario de la dosificación), así facilita la labor de los médicos que le atienden en caso de que tengan que intervenirle de urgencia.
¿Qué debo hacer si me produzco una herida sangrante?
En primer lugar comprimir la herida de manera intensa y continuada. En caso de heridas más importantes que precisen puntos de sutura, heridas sucias o que no dejen de sangrar debe acudir a urgencias.
Ante pequeños sangrados por nariz o encías, pequeños moratones, pequeña hemorragia en la parte blanca del ojo (equimosis conjuntival) adelante el control analítico o comuníquelo en el próximo control.
¿Puedo viajar?
Sí. pero lleva siempre contigo la cartilla de dosificación. En caso de ir al extranjero, medicación suficiente para todo el viaje. Infórmate con tiempo suficiente de centros sanitarios próximos para acudir en caso de emergencia.
¿Qué ocurre con nuevas medicaciones?
En primer lugar advertir al médico que le receta el nuevo tratamiento que está tomando anticoagulante. Si necesita un analgésico de forma puntual, puede tomar PARACETAMOL (< 2 gr diarios), AINEs a dosis bajas y por breve tiempo (diclofenaco, ibuprofeno, naproxeno, nabumetona, ketocorolaco). Notificar en el próximo control los cambios de medicación realizados.
¿Por qué en algún control debo descansar o por el contrario me recomiendan la administración de heparina?
Si el nivel de su anticoagulante es excesivo puede ser necesario descansar uno o dos días, incluso puede recomendarse un tratamiento oral con vitamina K para corregir el exceso de anticoagulación.
Si el nivel de anticoagulación está marcadamente por debajo de lo que se precisa y le pone en una situación de riesgo de trombosis, se le recomendará inyectarse de modo subcutáneo heparina. A modo de protección hasta que haga efecto el aumento de dosis del anticoagulante oral.